16 de enero de 2012

Teatros de Sueños. Da Luz.


Sucedió un 16 de julio de 1950, en el Estadio mas grande del mundo, Río de Janeiro, Brasil, era el cuarto Mundial que se celebraba y para la disputa de la gran final, todo estaba preparado, todo un país, esperando la fiesta posterior, sobre el césped dos selecciones americanas, la organizadora del evento y la primera campeona mundial de la historia del Fútbol, Uruguay.

  Aquel día de verano, lo que ocurrió, fue la clara demostración de la grandeza del Fútbol, todo puede suceder, no parecía tener esto en cuenta el pueblo carioca, que tras perder por uno a dos frente a la selección charrúa, se vio inmersa en una profunda depresión, era difícil de asimilar la perdida de un mundial en una final y mucho mas en su casa, con mas de 170.000 almas, incluso acontecieron numerosos suicidios, que se achacaron a la perdida de tan preciado titulo mundial, fue el histórico Maracanazo.

  Casi nada mas comenzar el nuevo siglo, mas de sesenta años después, cuando el fútbol había evolucionado mucho desde aquel encuentro en el mítico Maracaná, algo semejante ocurrió en un país Europeo, Portugal y concretamente en su capital, Lisboa. Allí se celebraba la Eurocopa de Fútbol del 2004 y tras sus fases previas, alcanzaban la final, el país anfitrión y la selección de Grecia, que jamás había salido victoriosa de un torneo de tal importancia y que había llegado a la final, con un juego conservador y poco vistoso. El Fútbol volvió a dictar su ley, dejando a todo un país en estado de shock, un gol del griego Charisteas obraba el milagro. Fue en otro continente, en otro siglo, pero el Maracanazo, volvía a las mentes de todo el mundo futbolístico, aunque esta vez, el escenario fue el protagonista de este texto, el luso, Estadio da Luz.

 
Situado en las afueras de la capital de nuestro país vecino, junto a amplias carreteras, ya desde lejos llama la atención por su modernidad, muy colorido, pero con un color predominante, el rojo de la camiseta del equipo que allí juega, el Benfica .Preside el Estadio, un gigantesco aguila, simbolo del Benfica y al que posteriormente, me referire. Anexo al estadio, un campo de hierba sintética con grada y buen aspecto general, también un futuro museo del club y la tienda oficial del mismo, asi como una estatua del mítico Eusebio, golpeando con su Magica diestra.

  Entramos al campo y lo que primero se ve, es un homenaje al fallecido en el mismo césped, Miklos Feher con un busto suyo, y la ropa con la que cayo desplomado de manera letal, sus pantalones, medias, espinilleras y camiseta, esta ultima, completamente desgarrada para hacerle los auxilios, que lamentablemente serian inútiles, sinceramente, entre al campo sobrecogido por sentir la tragedia tan de cerca, bajo mi punto de vista, homenaje demasiado explícito, seguro que no fui el único en pensarlo.

  Escaleras mecánicas y, ahí esta, precioso de verdad, majestuoso, las gradas en su parte superior son curvas en todo su contorno, publicidad gigantesca de la bebida mas conocida del mundo y de una televisión por cable del país dibujadas con las butacas blancas sobre el resto rojas, en el interior del anillo principal que divide los dos anfiteatros, me llama la atención que se extiende un gimnasio, propiedad del club y cuyos miembros pueden, mientras se ejercitan ,ver todo el estadio. Varios palcos y el principal, donde su butaca preferente, incluso antes que la del presidente, esta reservada al gran Eusebio. Su sala de prensa amplia y cómoda, junto a los vestuarios un espacio de hierba sintética, reservada para el calentamiento previo al partido, en caso de mala climatología u otra circunstancia, pero que apenas se utiliza.


Los vestuarios son muy lujosos, amplios y con espacios individuales para cada jugador, en el pude observar camisetas de jugadores españoles; Capdevila, Javi Garcia o Nolito ademas de otros como Pablo Aimar, Saviola o Simao entre otros. Ya en el césped, la vista del graderío, impresiona aun mas, un detalle en el centro del campo pero, claro, a muchos metros de altura, hay una cámara fija, utilizada tanto por la televisión por cable que patrocina el club, como por los técnicos locales. Banquillos también comodisimos, con el modelo de sillón individual que se ven ya en muchos campos de nivel y otra sorpresa, esta, enorme, detrás de una portería pero en el mismo césped, dos aguilas, y una cría, la que habitualmente utilizan para, en los grandes partidos sacarla al campo en el previo, que vuele alrededor del graderío y vuelva al brazo de su cuidador, generando el clamor de la multitud, entre ellas. Impresiona verlas tan cerca.


Cuando finalmente dimos la vuelta completa al campo, bordeando los limites del mismo y pensábamos que la visita había llegado a su fin, comenta nuestro anfitrión local, que a partir de ahora esta prohibido grabar o hacer fotos, nos conduce por debajo de la grada a una puerta, al abrirse la misma descubrimos un modernísimo laboratorio dedicado a la restauración de copas y banderines, y todo tipo de trofeos, que consiguió el club o sus jugadores entre ellos el balón de oro y plata, del varias veces mencionado Eusebio. Un club es su historia y hay que cuidaría. Allí pudimos ver ademas, mas de un trofeo Carranza, tan grandes como bonitos, mas de veinte personas con sus batas blancas, mimando individualmente los objetos necesitados de restauración. Innovador y positivo sin lugar a dudas.

  La entrega de un diploma acreditativo de nuestra presencia en este campo cinco estrellas finaliza mi visita a un Estadio con pocos años de historia, pero ya sede de grandes partidos internacionales, ademas de ser la sede de los partidos de la selección portuguesa de Fútbol.

  Un gran filosofo dijo alguna vez que, la historia es la ciencia de los hechos; sin duda a este Estadio, le queda mucha ciencia, muchos hechos y ... mucho Futbol.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado el símil, además me gusta tu narrativa eres un poeta pelotudo como dirían en Argentina.